viernes, 2 de junio de 2023

El gigante, ítalo - argentino, Vittorio Campolo nacía hace 120 años.

 



Vittorio María Campolo nació el 2 de junio de 1903 en el puerto de Villa San Giovianni en Reggio, Calabria. Luego de que un terremoto arrasara su pueblo natal, junto a sus padres y seis hermanos - dos ­fallecieron en el temblor -, se radicó primero en la provincia de Córdoba y luego, en 1921, ya en Quilmes, la familia instaló una carnicería en la esquina de Lavalle y Brandsen  (que aún persiste) Fue allí, entre las medias reses, que el joven Gigante se inició el arte de los puños.

Quilmes le dio la bienvenida y le abrió un surco en su vida: el deporte de los puños que en la década del 20 conmovía a la opinión pública a través de la victoriosa campaña de Luis Ángel Firpo. 

Con sus 2,07 metros de altura, y un temible alcance de brazos de 208 centímetros, enfrentó a los mejores boxeadores del mundo de mediados de la década del `20, en que fue portada de todos los diarios. Por esos años, aún el boxeo era pasión de multitudes. 

Tras un breve paso amateur, debutó como profesional noqueando el 31 de julio de 1925 a Johnny Cipriano en Buenos Aires, le siguieron cinco victorias consecutivas, hasta que el 25 de mayo de 1928, el norteamericano Monte Munn lo golpeó de tal manera que diarios argentinos, de tendencia amarillista, entre ellos el santafesino El Orden, titularon “V. Campolo va a morirse”. La alarma y el desconsuelo corrieron por todo Quilmes y la gente se aglomeraba frente a la esquina de Brandsen y Lavalle para tener la noticia de su estado al momento. Al punto que tuvo que colocarse una guardia policial para que mantuviera el orden de los más exitistas.

Había quedado con conmoción cerebral, entonces, como junto a la carnicería y vivienda de su familia pasaba el tranvía 22 que venía de la Capital Federal,  y Victorio necesitaba tranquilidad y silencio, toda la comunidad y las autoridades locales así como las de la línea tranviaria, se abroquelaron, suspendieron el transporte y cortaron la calle. 

Esa lesión, sin embargo, fue punto de inflexión en la carrera del Gigante, quien menos de un año después se embarcó hacia Estados Unidos a desafiar a los pugilistas estrellas de aquel entonces: Arthur de Kuh, Tom Heeney, Phil Scott y Primo Carnera, entre otros, siendo cabeza de cartel en lugares como el Madison Square Garden de Nueva York. Entre 1929 y 1931 realizó un total de catorce combates en suelo norteamericano y se hizo tal nombre que hasta estuvo a un paso de enfrentar al campeón mundial de peso completo, el legendario alemán Max Schmeling. 

La fama lo llevó a ser portada de la famosa revista The Ring. Estando en EEUU, su campo de entrenamiento era visitado por todos los músicos de tango que estaban de gira por el gran país del norte y esa música nacional atraía el interés del mundo. En Quilmes cuando los enfrentamientos pugilisticos se transmitían por radiofonía los vecinos se agolpaban frente a los clubes, bibliotecas o casas de familia que tenían radio, para escuchar el mach, pues aún el radiorreceptor no era un electrodoméstico al alcance de todos los bolsillos. En 1930, se coronó Campeón Argentino de Peso Pesado título que abandonó el 11 de junio de 1932 y continuó boxeando hasta diciembre de 1934. Él sucedió a Luis Ángel Firpo y fue su sucesor José Domingo Caratoli. 

En su campaña de nueve asaltos, registró un notable record de 21 peleas ganadas (17 por nocaut), 8 perdidas (3 por nocaut) y un empate, redondeando 30 combates con un impresionante 56,67 por ciento de golpes de nocaut. Valentí­n, su hermano menor, lo siguió su camino y también hizo historia, conquistando la corona sudamericana en la misma división de peso pesado. 

Cuando Victorio regresó de su viaje a EE.UU., todos los aficionados lo esperaron en la estación.  

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